PERSONAJE MÍTICO-LEGENDARIO de los pueblos amazónicos en pleno proceso de transformación cultural. La runamula (mula y jinete) hace su aparición a todo galope después de la medianoche, aterrorizando a la gente. El diablo con sus malas artes de brujería, transforma a la mujer infiel en mula y la cabalga entre gritos y azotes. Todo esto en el imaginario popular, se refiere a la mujer infiel casada en sagradas nupcias que traiciona clandestinamente a su esposo, peor aun cuando llega al extremo de hacer lo prohibido con el mismo sacerdote, quien representa la autoridad de Dios y la moral de la comunidad, base de la fe católica: un hombre que ha hecho voto de castidad y pureza para llegar a ser intermediario de Dios en los actos sagrados como bautizar, unir en matrimonio, administrar la confesión y absolución de los pecados, mostrando vida ejemplar y digna.
El diablo tentador, por oposición, es el jinete que propicia los desenfrenos pasionales, arrebatos y concupiscencias, conduciendo a sus víctimas a su penitencia y condenación eterna. En los pueblos, las creencias y costumbres tienen carácter de ley. Es más, la superan. Quebrantarlas equivale a contaminar toda la comunidad, mancharlo todo. Se impone, por lo tanto, el castigo, con el desprestigio, la marginación, la fealdad que producen los cargos de conciencia. Tiene que sufrir la sanción todo el que la transgrede. El retorno al orden y a la norma se impone como parte de la salud moral del pueblo.
Las creaciones literarias en esta obra, no son solo la noción horrorosa del personaje legendario: conllevan una trama con encrucijadas y hasta feminicidios para la reflexión profunda, haciendo de carácter universal las historias contadas.
Y no lo olvides, la runamula sigue apareciendo los martes y viernes al filo de la media noche en el campo, en pueblos y caseríos que tú conoces.
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