Amo el corazón infinito del hombre, las sendas sinuosas de su transición indescriptible. Amo los fragmentos de sus emociones que motivan la implosión de estas voces. Amo el sentimiento que cae y se levanta en el devenir silencioso de la espera. Amo la soledad que oscurece los caminos. Amo al niño obligado a mendigar. Amo las palomas hurtadas al ocaso. Amo a aquella mujer que, en su cerebro, se ha perdido; inspirando estos latidos que, incontenibles, pugnan en mi alma. Latidos que te pertenecen y me son implícitos, como arranques de risa en la antesala del más hondo dolor. Voces que, en su tristeza, pretenden alcanzar resquicios en el impasible corazón del que domina la ambición y el odio. Voces que necesitan de ti, hombre sencillo, que aún crees en el amor y la ilusión. Voces de nuestros ojos elevándose hacia el cenit, donde el alma de un niño vuela buscando la promesa de un cielo juvenil, que no llore envejecido por la maldad insensible. El autor
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I
LLUVIA INSOSPECHADA
I
Telaraña sin tiempo
salivazo negro
tiniebla pétrea
polvo de olvidos
adentro… afuera
almas de cristalinos insectos
moribundos silencios
entre arteras trampas
boquean
crucificadas migajas
últimos adioses.
II
Titereteros malévolos
digitan
febril rostro sin lado
aire sin nariz
niño que se quedó dormido
sobre la escama seca del pulmón
y la almohada de vísceras vacías
azotados
de distancia desmedida
danza
danza en el hilo
macabra
la flébil edad
ciego el dedo del titiritero
gatilla el odio y dispara.
III
¡No! no seas.
No resucites.
No despiertes.
Preferible es que
quedes en silencio
letra abandonada
sola …sola
sin ojos sin boca sin oídos
sin olfato sin tacto
sin lectura sin palabra
quédate en silencio.
¡No! no seas…
no seas trueno
si no es de luz tu grito.
IV
Cuando entre las hojas oigas
el canto del invierno recuérdame
soy esa ala juguetona
que en plena caída al abismo
me diste
he quedado
ahí
pájaro mosca
de agua dulce en flor
bisbiseo alegre
presagio de tormenta
fiesta de árboles sedientos
¿recuerdas aquél pétalo en el aire?
el cielo crece
llora ríe canta danza
entre mis plumas
y es hora
cae la lluvia
se abrazan témpanos.
V
El filo de una estrella
ha tajado el exordio
y ha herido
la huella honda
del añejo pretérito
maúlla un techo sin gatos
arde
la antesala
de una página hambrienta
sus saltones ojos salidos
la garganta inane
su bronca ceniza
su siniestro deseo
su gélido lucero sin alba.
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