Dos libros de mi autoría

He aquí dos de mis libros: Atrapada, una novela que trata sobre una mujer del campo que es víctima del acoso de su padre; y: Utopías y desvaríos, un libro con textos cortos, alusivos a los excesos y fantasías que solemos tener, a veces, en nuestra alucinada mente.

Referente al primero, me quiero referir a un tema específico: el feminicidio. Mucho se ve en los medios de comunicación, día a día, hechos execrables que no deberían repetirse. La mujer, generadora de vida, fuente inagotable de amor y sacrificio, no debería ser tocada ni con el pétalo de una rosa. Por el profundo amor que siento por ellas, empezando por mi madre, esposa, hermanas y demás allegadas, es que ha salido a la luz este libro, como una señal de protesta para que se tome conciencia desde las aulas, con la intervención oportuna de los maestros, quienes son en parte los forjadores de una sociedad con valores y sin violencia. Me aúno al repudio general contra la violencia a la mujer, y desde mi espacio me sumo con este aporte, que espero sea una herramienta para generar indignación principalmente en lectores jóvenes, tal como lo hicieron Vallejo con “Paco Yunque” o Ciro Alegría con “El mundo es ancho y ajeno”, con historias en donde los personajes no tienen un final feliz, pero sí los autores han logrado que quienes hemos leído nos indignemos en gran medida, y eso ya es mucho, porque el primer paso es reconocer lo que no debe hacerse. Atrapada tiene esa misión, ya el tiempo y la historia dirá si pude no lograr mi objetivo.

El otro libro Utopías y desvaríos, cuyo contenido me introduce en la realización utópica de mis excesos y me abre paso a la consagración de mis quimeras, ha visto la luz tras un prologando receso, pues los escritos que he recopilado en sus páginas, han sido expuestos, en algún momento, en los suplementos “Rezistencia“ y “Lupuna” impresos con el diario Voces durante los años 2012-2014, en una época en la que era profesor en un tecnológico, proyectista de algunos municipios, errante solitario, bohemio y obeso. Queda poco de esa época: hoy luzco diferente y mis pasos se enrumban tranquilos y con proyección.

Escribe: Miuler Vásquez

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